Italia es un país fascinante, una «bota» llena de secretos, arte, cultura e historia. Recorriendo su territorio de norte a sur, en su punto más meridional llegamos a una de las regiones más desconocidas: la Puglia o Apulia, el tacón de esta bota tan característica, un rincón poco explotado por el turismo y que guarda para sus visitantes un rico repertorio de paisajes, música y arquitectura. Se trata de una península bañada por dos mares, el mar Jónico y el Adriático, una región que se divide en 6 provincias: Foggia, Barletta-Andria-Trani, Brindisi, Lecce (y el Salento), Taranto y Bari, su capital.
La Puglia es conocida también como mezzogiorno (mediodía), por su increíble atmósfera: la paz de sus paisajes y la tranquilidad de sus gentes dotan a la región de un ambiente característico, una vida que pasa despacio, que se detiene en cada momento para apreciar la belleza del instante, de ese sol intenso que ralentiza una cultura única, y que baña sus más preciados tesoros, desde los megalitos y menhires prehistóricos, hasta las imponentes fortalezas de Otranto o Gallipoli, pasando por las inmensas iglesias barrocas como la Basílica de la Santa Croce en Lecce, sin olvidarnos de los Trulli de Alberobello, patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La arquitectura barroca es sin duda uno de los puntos fuertes de la Puglia, que adorna las fachadas de Lecce, Martina Franca, Locorotondo y Ostuni. Paseando por las calles de estas ciudades numerosos rostros esculpidos y decoraciones diversas nos observan desde los edificios, testigos otra época y que dan la bienvenida a sus visitantes y admiradores. Los castillos medievales son otro de los tesoros de la región. Los podemos encontrar en muchas ciudades debido a la dominaciónde Federico II durante el siglo XIII. El más famoso es Castel del Monte, que se mantiene en lo alto de una colina como símbolo de su poder en la Edad Media.
Pero si retrocedemos todavía más en el tiempo, podemos ver restos de algunas de las civilizaciones más importantes que dieron vida a la Puglia, como la antigua muralla de Manduria, vestigios de la era Mesápica del siglo III a.C. La huella romana también hace presencia en los anfiteatros repartidos por la zona, como el de Lecce.
El Valle de Itria es otro lugar de visita obligada, donde se alzan los famosos Trulli de Alberobello, unas cabañas de forma cilíndrica con un cono de piedras como tejado, unas casas que en su día cubrían el paisaje entre viñedos y olivares.
La influencia griega salpica la península Salentina, con las ciudades blancas de Ostuni, Cisternino y Locorotondo, entre otras, unas ciudades bañadas por el sol y que recuerdan a los pueblos de las islas griegas.
Para los amantes de la naturaleza, Puglia nos brinda la península de Gargano, una zona montañosa llena de bosques de robles y pinos con varias rutas para hacer a pie. A lo largo de la costa podemos ver grandes acantilados y pequeños pueblos pesqueros bañados por el mar Adriático. Bajo tierra, Puglia nos brinda numerosas grutas descubiertas recientemente (siglo XIX y XX), como las Grotte di Castellana cerca de Bari, con espectaculares estalactitas y estalagmitas.
La Tarantella marca el ritmo de los festivales populares. Se trata de una música que tiene su origen en la ola de pánico surgida entre el siglo XV y XVI cerca de la ciudad de Taranto, donde según la leyenda, una mujer fue picada por una tarántula y para eliminar el veneno de su cuerpo debía sudar. Movidos por la histéria o superstición, los habitantes de la zona comenzaron a bailar frenéticamente en pares, en círculos, etc, al ritmo rápido de la mandolina.
Os animamos a adentraros en los rincones más interesantes de esta preciosa región de Italia, una zona totalmente genuina, todavía poco explotada por el turismo de masas. Bienvenidos a la Puglia.